Reverendos Carlos Bonilla y Mayra Giovanetti
lunes, 14 de octubre de 2024
«Por lo tanto, ya que estamos rodeados por una enorme multitud de testigos de la vida de fe, quitémonos todo peso que nos impida correr, especialmente el pecado que tan fácilmente nos hace tropezar. Y corramos con perseverancia la carrera que Dios nos ha puesto por delante. ». Hebreos 12.1 (TLA)
Nos fascina aprender de la Palabra para poder vivirla y enseñarla a quienes nos rodean. Ese es un principio esencial en el discipulado para aplicar en la vida devocional, de comunidad en la iglesia y en el campo misionero. Una de las primeras lecciones para aprender es el poder tener una vista 20/20 al leer un texto; qué va antes y qué viene después. En este caso, este versículo de la carta a los Hebreos en el capítulo 12 está precedido de una lista de personas cuya fe sirvió y sigue sirviendo de ejemplo para nuestra vida y crecimiento.
Así encontramos los testimonios de Abel, Enoc, Noé, Abraham, Isaac, Jacob, Sara, José, Amram y Yocheved (los padres de Moisés), Moisés, el pueblo de Israel, Rahab, Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel, los profetas, personas torturadas y las que murieron a espada por su fe; hombres y mujeres que dieron buena cuenta de su fe en YHWH (Yavé) y que pusieron su esperanza en la vida mejor que viene después de la resurrección. Qué emocionante ver que, aunque no todas fueron mencionadas por sus nombres propios, Dios las conoce íntimamente y las tomó en cuenta.
De igual manera ustedes y nosotros podríamos hacer nuestra propia lista de personas que son de testimonio por su fe y que estarían en nuestra «gran nube de testigos» como tradicionalmente decimos o la «enorme multitud de testigos de vida de fe» según la versión Nueva Traducción Viviente. Desde Puerto Rico incluimos personas como José D. Camacho, Roberto Navarro, Ruth Maldonado, Eleuterio Miranda, Mercedes Ortiz, Irma Quiñones y en diciembre 2023 nuestra Madeline Flores. En Colombia recordamos a Nubia Ballesteros, Colin Crawford y Nelly Salom. En Chile pensamos con cariño en Luis Alvarado y Nidia Alegría, Gabriel Montero, Job Isla, Julio Cubillo y justo la semana pasada Héctor Cisternas. En España extrañamos a Jaume Ferrer y doña Lily Artola. En Nicaragua se nos adelantó Gustavo Parajón, Patricia Castro y Pancho García. Y si añadimos de EE.UU. es meritorio mencionar a Paul y Barb LeVan, Betty-Rae Hopkins, Paul Reeder y al terminar septiembre se nos adelantó Bob Priest. La lista es mucho más extensa, pero ya tienen una idea… ¿Se animan a identificar su propia nube de testigos?
El llamado del versículo 1 es a que «corramos con perseverancia la carrera que Dios nos ha puesto por delante». La vida del discípulo y la discípula está entrelazada con la vida de iglesia en la que como cuerpo edificamos el Reino de Dios en la tierra y lo que hacemos hoy deja huellas que servirán de legado para las próximas generaciones. Cada una de estas personas y muchas otras, depositaron su fe en el Señor y lucharon por causas nobles que fueron de bendición para sus comunidades. Cada una de ellas es una expresión de compromiso y testimonio de la fe en Jesucristo que nos mueve a rechazar lo que pueda hacernos tropezar y nos impida correr. Prosigamos entonces al blanco, siguiendo ese legado y dejando nuestras propias huellas fijando nuestra mirada en Jesús por amor a Él…
¿Quién quita que eventualmente también nos incluyan en esa gran nube de testigos de la fe?
Los Reverendos Carlos Bonilla y Mayra Giovanetti son consultores regionales para discipulado en Iberoamérica y El Caribe a través de Ministerios Internacionales. Son ministros endosados, comisionados y ordenados por las Iglesias Bautistas de Puerto Rico. Poseen sus maestrías en artes en estudios teológicos del Seminario Teológico Bautista del Este de Pensilvania.
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